¿Por qué es importante una evaluación logopédica?

Como ya habrás podido descubrir, la logopedia abarca diversas áreas de trabajo y dentro de ellas hay muchos aspectos específicos en los que actuar. Por ello, es preciso que antes de intervenir se realice una evaluación y determinar cuáles de ellos son los puntos fuertes de los que partir para mejorar los más débiles.

¿Cómo empieza la evaluación?

El proceso de evaluación comienza en la primera llamada al centro logopédico. Con ella tenemos una primera toma de contacto con la familia o el paciente adulto que nos indica el motivo de consulta y sus preocupaciones.

El motivo de consulta nos orienta al área de nuestra rama que vamos a observar. Aquí comienza nuestra primera hipótesis de qué se trabajará, pudiéndose añadir otras más después de la evaluación, pues, una dificultad en un aspecto de nuestro desarrollo puede interferir en otros (ver un ejemplo).

 

   

 

Tras esta toma de contacto y conociendo el motivo de consulta, se da una cita para comenzar con la evaluación.

La primera consulta consiste en realiza una entrevista inicial donde los logopedas recabamos toda la información que la familia y el paciente puedan aportar para, posteriormente, estructurar una evaluación que se adapte a su motivo de consulta y a la información recogida.

Esta información se recoge a través de cuestionarios que abarcan todos los momentos del desarrollo del paciente, en el caso de ser infanto-juvenil, hasta el momento actual. En caso de ser un paciente adulto, dependiendo del motivo de consulta, se pueden preguntar estos hitos del desarrollo y/o a partir de un momento crítico hasta el momento, también, actual.

Además, nuestra información se complementa con los informes y pruebas de otros profesionales que hayan evaluado otras áreas afines a la logopedia, ya sean del neurólogo, pedagogo, psicólogo… y que la familia aporta en esta entrevista.

Esta primera consulta hace que tanto el paciente (y su familia) como el logopeda comiencen a familiarizarse.

El siguiente paso

Con la anamnesis realizada –recogida de la historia clínica– toca pasar a la elección de las pruebas necesarias para llevar a cabo la propia evaluación.

Dependiendo de qué vayamos a evaluar, elegiremos las pruebas que lo midan. Cada una de estas pruebas evalúan ciertos aspectos que permitirán detectar las áreas a trabajar, conociendo los puntos fuertes y débiles del paciente.

Estas pruebas pueden ser estandarizadas (test) o no estandarizadas (protocolos y observación), permitiendo en su conjunto un perfil del paciente, y se administran en varias sesiones, pues hay variables que hay que tener en cuenta mientras se administran (cansancio, atención, motivación…). Por lo que es recomendable realizar estas evaluaciones en horario de mañana, cuando todos estamos más descansados.

Una vez administradas las pruebas necesarias, es preciso corregir, analizar, relacionar los resultados de cada una de ellas y entre sí. Buscar los por qué de los resultados y relacionándolo con la información recogida en la anamnesis, así como con los signos o síntomas de nuestro motivo de consulta, es decir, hacemos nuestro razonamiento clínico.

He de decir que en este punto se ponen las etiquetas (diagnósticos), aunque estos son difíciles de realizar pues muchas veces depende de un equipo multidisciplinar que lo haga y algunos pueden ir evolucionando con el tiempo.

La devolución de la información

Finalmente, tras plasmar toda la evaluación y su análisis en un informe, este se devuelve a la familia, explicando los resultados y resolviendo todas las dudas que puedan tener. Se orienta sobre el plan de intervención (objetivos de trabajo) que hay que llevar a cabo, la frecuencia semanal de las sesiones y duración de las mismas y, posteriormente, se comienza con ellas.

Si es necesario, se deriva a otros profesionales para complementar con pruebas más precisas para un buen trabajo de intervención.

 

 

Si has llegado hasta aquí, habrás descubierto una parte muy importante de nuestro trabajo logopédico, en el que invertimos mucho tiempo para poder dar los mejores servicios en la intervención que llevamos a cabo con vosotros. Sin una buena valoración y evaluación, es muy difícil que realicemos una intervención de calidad, pues los objetivos de trabajo no estarán bien definidos y no se podrá actuar de la mejor manera.

Y por si queda alguna duda…

Siempre que observes alguna dificultad en el lenguaje, en el habla, en la comunicación, en la lectura, en la escritura, en las funciones orales no verbales (deglución, masticación, succión y respiración) y/o en la voz de alguna persona de tu entorno, recomiéndale que acuda a un logopeda colegiado.

Recuerda que desde EREIN estamos especializados en Atención Temprana, Dificultades en el Aprendizaje de la Lectura y la Escritura y Terapia Miofuncional, por lo que, si necesitas más información o necesitas nuestra ayuda, puedes escribirnos a través del formulario de contacto, llamarnos o escribirnos por WhatsApp, estaremos encantados de atenderte. Y no te olvides que puedes encontrar más contenido interesante en nuestras redes sociales.

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